TC 19-5-1968: FARAONI QUINTO EN RAFAELA
Marcando un notable progreso en los motores, chasis, suspensiones y en la concepción general de la actividad, en la jornada del domingo 19 de mayo de 1968 se llevó a cabo la Séptima Vuelta de Rafaela, que tuvo por escenario el óvalo del autódromo Juan R. Báscolo, de la ciudad santafecina.
Durante la tarde del sábado 18 se realizaron las pruebas clasificatorias para establecer el ordenamiento de partida de la competencia dominguera, que se desarrollaría sobre 120 vueltas al trazado de 4.624,40 metros para completar 554,935 kilómetros de carrera.
La clasificación fue dominada por el Torino del tucumano Nasif Estéfano con un tiempo de 1m.17s.6/10, al extraordinario promedio de 214,536 kph, seguido por el Chevrolet de Andrea Vianini y el Torino del piloto local, Jorge Ternengo.
Más atrás se ubicaron Eduardo Copello, Juan Manuel Bordeu, Luis Di Palma, Carlos Pairetti, Rodolfo Alzaga, Carmelo Galbato y Gastón Perkins.
A las 10 se puso en marcha el pelotón de una veintena de máquinas, que rápidamente tomaron un ritmo acelerado. Nasif Estéfano avanzó por el centro de la pista, en tanto que Vianini cargaba por la parte exterior.
El planteo táctico de la competencia esbozado por los hombres de punta fue bastante claro en todo los casos, menos en el de Copello, mientras el lote se perdía entre el resonante crujido de neumáticos tratados sin misericordia desde el arranque.
La primera vuelta mostró un esclarecedor encolumnamiento con Andrea Vianini al frente, escoltado por Eduardo Copello, Federico Urruti, Carlos Pairetti, Juan Manuel Bordeu, Jorge Ternengo, Rodolfo Alzaga, Mario Tarducci y Gastón Perkins.
El puntero giró constantemente en el orden del minuto veinte segundos, a una velocidad promedio de 208 kph y, cuando la luz sobre Copello alcanzó los 20 segundos, se serenó y comenzó a regular la marcha; en tanto, detrás de ellos, Bordeu, Estéfano y Luis Di Palma hacían las delicia del público, pasando por la recta principal varias veces en una misma línea.
El avance del Chevrolet de Vianini era macizo y acompasado, en tanto que Bordeu alcanzaba la tercera posición superando a Estéfano.
En tan breve y relampagueante espacio de carrera, cobró animación el sector de boxes, donde ingresaron Ernesto Bauch con la junta de tapa de cilindros deteriorada; Mario Tarducci con la geometría de su unidad deformada, lo que por el roce de la carrocería le produjo la rotura de un neumático trasero derecho, y Gastón Perkins con el parabrisas desecho.
En el óvalo santafecino, Vianini se escapaba y aplastaba en el camino a sus rivales, hasta que la temperatura del motor generó su primera detención, pasando Copello a la vanguardia, seguido por Bordeu, Estéfano, Alzaga y Malnatti.
Volvió a salir Vianini, pero muy pronto volvió a detenerse para reparar el desperfecto que le hacía perder agua. Cuando regresó lo hizo rabiosamente, mas había perdido siete vueltas y ya no fue el mismo hombre del comienzo. En pleno peralte, la Garrafa se descontroló, para quebrar su línea de avance en la primera curva, voló por el aire, atravesó el guard-rail y aterrizó sobre sus cuatro ruedas, mientras sus ocupantes sufrían sólo algunos rasguños.
Pero, cuando todo hacía parecer que Copello se iría raudamente hacia el triunfo, la excesiva temperatura se hizo presa del motor del Torino Nº 1. Dos detenciones de los boxes y Bordeu pasó adelante, manteniendo una dramática lucha con Estéfano que, al recibir una orden desde boxes, comenzó a descontar rápidamente.
Bordeu mostraba sobre su cola las manchas de aceite provenientes de un diferencial que no funcionaba todo lo bien que debiera y que muy pronto provocaría su abandono. Estéfano hereda la punta, pero pincha un neumático y, al tratar de cambiarlo, un tornillo cae dentro de la campana y lo retrasa considerablemente.
Cuatro titanes quedaban en el camino, cuatro esperanzas frustradas y un dúo que da el gran salto: Alzaga y Galbato; tras ellos asoman Pairetti y Faraoni.
A poco del final, la confusión: ¿quién iba primero? por un problema en la fiscalización, las autoridades daban puntero a Galbato, mientras las radios tenían primero a Alzaga. Por suerte el pleito se decidió en la pista, cuando el piloto de Palermo se retrasa con el parabrisas empastado .
Rolo Alzaga cruza la meta y gana la competencia, empleando un neto de 2h.48m.00s.3/10, a una media horaria de 198,185 kph, seguido por Carmelo Galbato, Carlos Pairetti, Nasif Estéfano, José Manuel Faraoni, Omar Almeida, Federico Urrutti, Carlos Pascualini, Angel T. Rienzi, Rubén Roux, Hugo Gimeno, Jorge Ternengo, Juan Manuel Bordeu y Eduardo Copello.
El volante porteño se reencontraba con el éxito que se le venía negando. Ya no había dudas, otra nueva ola llegaba al Turismo Carretera, demostrando que al progreso nadie lo detiene.
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