Julio Pardo (Buenos Aires, 31 de mayo de 1940) es un piloto argentino de automovilismo, preparador, dirigente, entre otras cosas.

Debutó en el automovilismo argentino en 1966, a bordo de un BMW 700 Coupe, marca con la que siguió participando hasta 1968. En 1969 y 1970 compitió con un Renault Dauphine 850. En 1971 comenzó a utilizar un Fiat 128, marca con la cual obtuviera sus dos títulos argentinos, en 1979, en la clase B del Turismo Nacional, que por entonces incluía carreras de pista y rally, y en 1982, cuando obtuvo su segundo título en la categoría, en la clase «5», donde tuvo como copiloto en las carreras de larga duración a Gustavo Der Ohanessian. En 1981 dejó el Fiat por un Mitsubishi Lancer, pero ante la falta de resultados propicios, al año siguiente volvió a la marca italiana.

En 1983 debutó en TC 2000, también con un Fiat 128, y luego utilizó un Fiat Regatta. También compitió esporádicamente en rally en la década de 1980, incluyendo una participación en el Rally de Argentina.​ Se retiró del automovilimo nacional tras la temporada 1995.

DETALLES Y SU PALABRA

​ Fue campeón de TN en 1982, también presidente de APAT; corrió en TC2000, y en los últimos años en Turismo Zonal Pista, Julio Pardo sigue descollando.

Si de entusiasmo y pasión por el automovilismo y la mecánica se habla, sin lugar a dudas Julio Pardo es el mejor exponente en nuestro país, quien a sus recientemente cumplidos 81 años se mantiene activo, preparando y planificando el retorno a las pistas con un flamante Fiat 147 para competir en la Clase 2 de Turismo Zonal Pista, luego de haberse ausentado en 2019.

“Soy de la época en donde los autos nos hacíamos todo nosotros, todo a pulmón. Era una aventura y obra de arte”, rememora Pardo sobre aquellos años en donde compitió en la Clase B de Turismo Nacional, cuando armaba los Fiat 128, con los cuales afrontó las carreras en circuitos y los Grandes Premios de la década del setenta y principios de los años ochenta.

«El automovilismo no es un auto de carrera y piloto; el periodismo también es importante. Toda la vida lo pensamos así. Estoy contento por el reconocimiento, que es en todo el país».

EN SU CAMPAÑA, PARDO COMPITIÓ EN ANEXO «J» CON DE CARLO, RENAULT 850, Y LUEGO EN TN CON FIAT 128 Y REGATTA, MODELO CON EL CUAL INCURSIONÓ EN TC2000, CATEGORÍA EN LA QUE AFRONTÓ LOS ÚLTIMOS AÑOS EN LA ACTIVIDAD NACIONAL DE PISTA. TAMBIÉN CUENTA CON ALGUNA PARTICIPACIÓN EN RALLY, CON UN MITSUBISHI, Y DESDE HACE UNOS AÑOS CORRE EN TURISMO ZONAL PISTA, EN DONDE DISFRUTA DE LA VELOCIDAD.

“Hoy continúo haciendo motores, pero solo para mí. Le enseño a mis colaboradores  a hacer levas y tapas.  Ya hice mucho en mi vida. Cuando tenía el taller anterior en la calle Nogoyá hacía para afuera”, sostuvo Pardo, quien en 1982 celebró el título de Campeón Argentino de Turismo Nacional junto a Gustavo Der Ohanessian.

“En ese momento se denominaba Turismo Pista. Yo fui presidente de APAT y me preocupé por volver tener Turismo Nacional y salir a correr a las provincias, algo que es mi orgullo, como homologar los neumáticos slick. Después por cuestiones de trabajo, como las reuniones de Inter Fábricas en el ACA, tuve que dejar la presidencia”, indicó.

Además del TN, también compitió en TC2000 con un Fiat 128 primero, y luego con el Regatta. “Me hice ese auto a mano. Después me pusieron en la comisión de la APTC2000”, recordó sobre su paso por la categoría que marcó su retiro del ámbito nacional en 1993.

Opinando sobre la actualidad del automovilismo nacional, Pardo expresó: “Lo sigo. No me gusta que haya motores iguales para todos, porque el automovilismo nace en el taller. Yo digo que el automovilismo es la mecánica: hacer el auto y disfrutarlo. Es hacer las piezas, y saber adónde y cómo gano. El triunfo es premio al trabajo”.

Sobre su relación con la marca de Turín, Pardo indicó: «Me hicieron piloto de Fiat, porque empecé con un 128 1.100, después con IAVA, y con Regatta. Y pude correr en TC2000, porque en esos años era el ‘summum’ del automovilismo argentino».

A sus casi 82 años, Pardo sigue tan vigente y con el mismo ímpetu de sus inicios, dejando huellas en la historia del automovilismo nacional.