ALBERTO FERRARI
“Uno pierde la dimensión de lo que
significó una transmisión de automovilismo”
Es una de las voces más reconocidas de la locución argentina – Reemplazaba a Héctor Larrea, cuando este se tomaba vacaciones, en “Rapidísimo” por Radio Rivadavia, el programa con más rating en la historia de la radiofonía argentina – Por más de 20 años formó dupla con Daniel López en las transmisiones de Carburando – Hoy lo disfrutamos en F.M.Tiempo.
Conózcalo. Vale la pena
¿Nombre completo?
Carlos Alberto Ferrari
¿Edad?
65 años
¿Cómo se conforma su familia?
Esposa Silvia (casado en noviembre del 71). Hijas: Romina, Soledad y María Paz. Hijo: Luciano. Nietos: Micaela (21), Santiago (18), Tadeo (15,) Manuela (11), Felipe (3) y Vicente (8 meses). Además yernos y futura nuera.
¿Profesión?
Locutor y buscavidas…he hecho mil trabajos paralelos a la locución que ininterrumpidamente. Ejerzo desde hace 42 años.
¿Cómo empieza su relación con los medios?
Surgió de casualidad, llevaba poco tiempo de casado, alguna que otra vez había presentado a alguien en reuniones familiares haciendo de locutor en broma. En ese momento la emisora de Tres Arroyos llama a concurso, me presento y me aceptan. A partir de ese momento me fui perfeccionando profesionalmente con el fin de crecer en esta actividad que comenzaba a apasionarme. Crecer significaba poder trabajar en radios más importantes. Por entonces no soñaba con Buenos Aires. Así llego a LU 22 Radio Tandil donde comienzo con la locución deportiva tanto de fútbol como boxeo y automovilismo. Después voy a LU 13 Radio Necochea para hacer dupla con un gran locutor y amigo llamado Jorge Mondi; éramos las voces comerciales de un equipo llamado «Acelerando» que transmitía los zonales y campeonatos nocturnos de Mar y Sierras, categoría de la que surgieron entre otros: “Johny” De Benedictis, “Pincho” Castellano, Lavari, Gayraud, etc. Posteriormente me integro a LU10 Radio Azul, emisora que me da la oportunidad de foguearme, además de locutor comercial, como conductor. En esa etapa termino la carrera de locutor nacional que había comenzado en Tandil.
¿Cómo llega a Radio Rivadavia y Carburando?
Estando en Azul, me relaciono con Julio Juárez, reconocido locutor que había sido del equipo «Vértigo» de Alberto Hugo Cando. En ese momento le comentaba sobre mi aspiración de poder trabajar en Buenos Aires y un buen día se aparece en mi casa y me dice si quería trabajar en «Carburando». Era para cubrir un bache. Por supuesto que acepté y quedó el precedente, pero todavía la aventura de la gran ciudad era un imposible. Había que trasladarse con la familia.
En el 80, después de las grandes inundaciones, consigo un empleo en una empresa metalúrgica de Capital donde trabajaba mi hermano. El ingeniero Jefe de Fábrica me pregunta si me manejaba bien porque desde Barracas había que moverse no solo en Capital, sino en todo el conurbano. Por supuesto le dije que si a pesar de que nunca había manejado en Capital y no conocía mas allá del autopistas, microcentro. Al día siguiente estaba al comando de una camioneta en época en que no había gps, ni celular, pero por suerte existía la guía «Filcar» que mi hermano me enseñaba a manejar por las noches. Bueno, ya estaba en Buenos Aires….ahora la radio. Como Carburando era el único contacto que había tenido, me voy a Cangallo 1515. Allí me encuentro con Carlos Rivas, a quien yo conocía como Juan José Angelli, que había sido uno de los socios de «Acelerando». Me dice que el locutor de la tira diaria (Alberto Ferrer) estaba enfermo y se tomaba licencia así que hablaría con don Isidro González Longhi para comentarle que yo estaba allí (es cierto aquello de hay que estar en el lugar indicado en el momento preciso). Así llego a Rivadavia y a Carburando.
Compañeros con lo que más disfrutó de este trabajo…
…Hablar de compañeros con los cuales trabajé a gusto seria nombrarte a cientos, pero en Rivadavia me hice amigo de Juan José Maderna con quien trabaje en «La Oral Deportiva», “Pepe” Miranda Lugano, y luego con Daniel López con quien compartí 22 de mis 25 años en Carburando
Háblenos sobre la emblemática época en la cual trabajó con Larrea en “Rapidísimo”…
Estando en Rivadavia hacía todo lo que viniera: “La Oral Deportiva”, “La Peña del Camionero”, de madrugada, y si había suplencias a cubrir los fines de semana también, además de “Carburando”, futbol y boxeo. En esa vorágine de locución llego a “Rapidísimo” también por una suplencia ya que Héctor Larrea estaba de viaje y hacía falta una voz masculina para sumar a la de las locutoras María Ester Vignola y Rina Moran. Después volvió Héctor y yo le facilitaba las cosas ya que me daba avisos para mechar con Beba y Rina, cosa que hasta entonces hacia él. Poco a poco me fue dando más participación y quedé fijo, incluso reemplazando a Larrea por largos periodos. Yo que quería crecer en la profesión, ahí estaba haciendo un master ya que además de locutor, en muchas oportunidades tenía que hacer de actor junto a grandes figuras: Luis Landriscina, Mario Sánchez, Norman Erlich y otros con los libretos de Escalice y Marchetti.
¿Cómo puede describir a Larrea?
Como describir a Larrea….en el fondo creo que es un tipo tímido que frente a un micrófono o una cámara se transforma como el “Increíble Hulk”. Es alguien que te trata de igual a igual y no está subido a la cima del éxito a pesar de haber sido el número uno por mucho tiempo. Ç
Formó una dupla de locutores inigualable con Daniel López… Háblenos sobre él…
Como dije Daniel López llegó algún tiempo después a “Carburando”. Antes que con él, hacía dupla con Horacio Fernández Aufiero. Cuando Horacio se va con otro proyecto que tenia junto a Roberto Galán, comenzamos a trabajar con Daniel en una etapa que, sin lugar a dudas, fue, no sé si la mejor, pero si la más popular del automovilismo y del crecimiento de “Carburando”. Con Daniel hemos compartido mil viajes y mil anécdotas. Para sintetizar te cuento una. Se suspende una carrera de TC en La Banda, Santiago del Estero, por un gran accidente. Tratando de reorganizar la vuelta a Buenos Aires nos llevan al aeroclub a Daniel, Jorge Añel y a mí. Allí subimos al avión que llevaba al “Mono” (Alberto Gagliardi) en transmisión y piloteaba un tal «Murdock» apodado así por su similitud en la locura al piloto de «Brigada A». Yo viajaba adelante y Jorge y Daniel en los asientos de atrás. Como el cuatriplaza tenía doble comando, “Murdock” me dice: aceleralo para carretear y cuando yo te diga tira el volante para despegar. Yo me negaba, pero el “loco” se recostó como para dormir entonces intente hacer lo que pudiera. Noté que no tomaba velocidad y le dije que estaba como frenado. Ahhh dijo “Murdock”, se bajó, desarmó un caliper de freno, se subió y dijo: ahora sí. Me negué rotundamente, entonces despegó y una vez arriba me dijo: seguí esta línea, mostrándome uno de los instrumentos. Acto seguido se durmió. Rato más tarde se despertó, teníamos que haber cargado combustible en Rosario pero al no hacerlo no alcanzamos a llegar a Ezeiza, lugar donde estaba el hangar y sin motor bajó en Don Torcuato. Este personaje era el piloto de Alfredo Coto (el de los supermercados) y el avión también. En esa época Coto viajaba al interior a comprar hacienda para sus carnicerías. También te cuento que Daniel llegó siendo muy joven, prácticamente recién recibido, pero con la escuela que te daba la radio del interior ya que él es oriundo de Naon, y había hecho sus primeras armas en Nueve de Julio.
También compartimos muchos momentos como su casamiento, el nacimiento de sus hijos, vacaciones en Claromecó, asado en el campo de Naon junto a sus padres, y largas horas de charla en las transmisiones.
¿Qué significó “Carburando” para su vida personal y profesional?
“Carburando” fue uno de los pilares en que se cimentó mi carrera profesional. Ha sido una carta de presentación permanente que me ha llevado -en algunos casos- a poder lograr objetivos. Con decir que estuve allí más de 20 años, no hacía falta agregar nada más.
La profesión ¿le dejó muchos amigos?
Muchísimos. Sería injusto hacer nombres. Permanentemente uno se encuentra con gente que ha trabajado, con la cual he compartido muchas cosas, los viajes, convivir todos los fines de semana junto a los integrantes del grupo. Con algunos tenía más afinidad. “Carburando” se caracterizó por estar formado con gente del interior, que tenemos los mismos patrones de vida y de gustos
¿Es consciente de lo que genera en la audiencia, sobre todo la de automovilismo, a los que hace retrotraer a los años dorados de “Carburando”?
A veces uno pierde la dimensión exacta de lo que significó una transmisión de automovilismo, ese marco folclórico de las carreras en ruta y el público que llegaba desde muy temprano, si hacía frío con sus abrigos, la leña para hacer el asado. Todo eso ha quedado muy grabado en la gente. Últimamente en las transmisiones que hacemos junto a Oscar Cardigni con el equipo Punta y Taco se acercan personas diciendo: “la radio es un parlante” y es un poco volver a vivir aquellas hermosas épocas de “Carburando”. Esto lo produce el rally que es muy similar al viejo Turismo de Carretera en ruta. En Benito Juárez, Andrés Perco, otro ex compañero de la época dorada, me decía luego de volver de un prime. “Mirá, se me puso la piel de gallina. Era como volver a mi infancia cuando los escuchaba”. Otro caso, siempre en el rally Mar y Sierras, en Castelli, estábamos en la carpa que sirvió como cabina de transmisión, cuando pasaba los avisos se acerca alguien vestido de corredor, termino, veo que levanta los brazos diciendo: “que grande!!!. Esto es como volver a vivir aquellas viejas transmisiones. Yo soy el mayor de los Bellido”. Era “Pepe” Bellido un apellido que es sinónimo de fotografía dentro del automovilismo. Esto demuestra que “Carburando” ha dejado una marca a través del tiempo, vivencias muy difíciles de igualar pero, además, hay algo que muy pocos conocen, la parte comercial: fundamental para la supervivencia de la empresa. Había un control de aire, donde se anotaba cada aviso que se pasaba. Lo hacía Jorge Añel, que te pedía destacaras tal o cual publicidad y nosotros queríamos sacarle cosas de la oficina, por ejemplo cuanto se recaudaba, pero no largaba prenda. Era una persona muy reservada y lo volvíamos loco. “Con la transmisión de hoy ¿cuántos departamentos compramos?”. Para que tengan una idea de lo que se facturaba por carrera, con la recaudación “bruta” se podían comprar tres departamentos de dos ambientes en Buenos Aires.
(Nota extraída de FM Tiempo-Rojas)
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